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TIRE Y EMPUJE ESTÁN ESCRITOS EN OTRO IDIOMA


por
Magalí Sislian



Por una fracción de segundo,
uno se ve como a un objeto que debe ser mirado.
1
Clarice Lispector


Habla en portugués, pero entendemos. Mi novio entiende más, a mí algunas palabras se me escapan y termino imaginando. El guía pregunta por dónde queremos empezar. Señalo en el mapa una atracción turística. El auto avanza mientras Amaro cuenta que la avenida de Copacabana se vuelve un solo sentido a las siete de la mañana para que la gente no llegue tarde al trabajo.
Un solo sentido, escribo.

Esto ocasiona muchos problemas porque luego de tres horas, vuelve a ser doble mano y algunos turistas nunca se enteran.
Copacabana significa lugar luminoso, escribo.

El auto pasa debajo del túnel de Corcovado. Amaro dice que esta edificación reciente separa a la ciudad en zona sur y zona norte. Un lago separa Leblon de Ipanema y un morro el barrio de diplomáticos de una favela. Amaro nos muestra las mansiones de los protagonistas de Avenida Brasil, la iglesia donde se filman los casamientos en las telenovelas y el spot de la película Rápidos y furiosos. Amaro sabe dónde ubicar el celular en la Catedral de San Sebastián para que el ángulo realce los cuerpos entre la luz y los cristales. Nos gusta que hable durante todo el camino. Su discurso se enrarece y pareciera producirle cierta felicidad, como si hubiese practicado toda la noche. Tiramos entre dos idiomas y el paisaje. Amaro dice que entre portugués y español hay algo fácil de deducir como el puxar e empurrar de las puertas.

Uno se guía por el sonido de las palabras; cuestión de memoria en el cuerpo.
Escribo: Río es pastiche; superposición, una habitación desordenada con energía en sintonía.
Después de un rato recorriendo la ciudad, mi novio le cuenta orgulloso que soy escritora. Suena extraño en ambas lenguas, quizás, en todas las que existen. Amaro mira por el retrovisor: ¿oh serio? Por primera vez no contradigo. Ahora, además de turista, me siento ridícula.
Estacionamos en el Real Gabinete Portugués de lectura. Tenemos diez minutos para recorrer y luego salir a la vereda.

Quiero llegar.
Quiero llegar no sé a dónde y escribir sobre el color de la fruta. La conversión rápida y errática de moneda. El modo en que los cables de luz se enredan en los árboles. El momento exacto en el que alguien pregunta en otra lengua quién sos, a qué te dedicás cuando no estás siendo otra. Quiero transcribir a mi libreta los códigos de barra de tanta ropa y la sensación placentera de comprar tanto como si el dinero pesara menos entre las manos y fuera más fácil de gastar. Quiero escribir sobre cómo practicar el anonimato y el olvido. El diseño de la senda peatonal, la tela de los uniformes, el olor de la basura, los frascos de perfume, la forma rara en que viene envuelto el pan. El sabor a tierra del agua mineral, encender la televisión y ver los titulares.
Quiero llegar y traducir esta sensibilidad a mi propio idioma.

Volvemos al hotel. Nos da pena dejar de escuchar a Amaro aunque no entienda casi nada y termine de completar el sentido mientras escribo. Me cuesta abrir la puerta del hall. Tire y empuje están escritos en otro idioma.
Quiero escribir sobre el extrañamiento, ese que viene después. Un hueco en el cuerpo cuando aterrizás y tire y empuje están en tu propio idioma.

*

Ahora estoy en Argentina. En mi escritorio reposa un libro de tapa dura de Clarice Lispector. Lo compré en la Livraria Da Travessa en el primer piso del shopping de Leblon. Me lo llevé emocionada porque decía “Entrevistas completas de Clarice Lispector”. Luego de unas semanas lo abrí y me di cuenta de que las entrevistas no eran sobre Lispector, sino realizadas por la autora hacia otros artistas.
No me quejo. Estoy descubriendo su forma de hacerle preguntas a otros. Leo en otro idioma como si entendiera. Entro, salgo, quedo varada, leo lento como un niño. 
Abro y cierro el libro de entrevistas como si estuviera tirando y empujando de una puerta.
Quiero leerte Clarice.
Quiero leerte en portugués.
Quiero leer a todos los autores y autoras del mundo en su propio idioma.

*

Cada vez que viajo o me pasa algo feliz confirmo que soy melancólica. A veces voy manejando por Ranelagh y me acuerdo de Amaro. Extraño ser turista, tener la lengua extrañada. Los ojos bien abiertos. El sueño cambiado. Sed. Hambre. Calor.
Toda mi sustancia viva en otro idioma.



1. Lispector, C. (2022). Todas las crónicas. Fondo de cultura económica.




Magalí Anusch Sislian tiene 24 años y vive en Berazategui, zona sur. Desde marzo 2025 es Licenciada en Artes de la Escritura de la UNA. Escribe desde los 13 años; empezó en los talleres municipales cerca de su casa. SU tesis fue la escritura de un libro de cuentos, El mundo entero en una piedra, cuento que le da el título al proyecto y que recibió mención y publicación en 2024 por el Concurso literario del Banco provincia. Fue acompañada por Cynthia Rimsky, quien ayudó a forjar su interés actual: la relación entre emoción y escritura, la implicancia de la forma y el dialogo potente entre ternura y crueldad. En agosto de 2025 comienza la Maestría en Escritura Creativa en la UNTREF. 

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