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VOLVER A TOCAR EL HIELO


por
María Belén Sanchez



Es la estación milagrosa:
las noches y los días se salvan
acariciando el hielo.
Mercedes Araujo


Cuando me siento abrumada cierro los ojos y pienso en un paisaje blanco. Visualizo un bosque de pinos, coihues y arrayanes cubiertos de nieve. El color y el silencio de ese paisaje me calma, en mi mente se abre un espacio para los pensamientos nuevos. Es una práctica que me permite volver a empezar, vaciarme.

*

Estoy leyendo e investigando sobre glaciares. Los glaciólogos los clasifican según su tamaño, ubicación y apariencia. Busco en el diccionario el significado de la palabra glaciar y encuentro “masa de hielo acumulada en zonas de alta montaña, que tiene un lento movimiento de descenso”. Quiero acercarme a los glaciares a través de la palabra, encontrar un significado personal. Pienso qué es un glaciar para mí y escribo a partir de fotografías que veo. 

Glaciar: montaña de hielo que desemboca en un mar resplandeciente y helado.

*

El año pasado se congeló el mar en Tierra del Fuego a causa de las temperaturas extremadamente bajas. Me pareció increíble y hermoso a la vez. Busqué información, leí noticias y vi en videos el mar con olas de hielo, suspendidas e inmóviles. Una escena detenida, en pausa. La espuma congelada.
Me acordé de un viaje al sur de Argentina y los glaciares. El frío, el blanco radiante.

*

Conocí los glaciares hace unos años. De ese viaje recuerdo los colores claros, la transparencia de la escarcha, la bruma, el sonido del viento y las manos heladas. Guardo en mi memoria no solo el blanco luminoso del hielo sino también el liquen plateado sobre los árboles. El fulgor a mi alrededor.
El invierno es la estación de la sutileza. 

*

Cuando estuve frente a los glaciares por primera vez sentí fascinación por la inmensidad y la cercanía con lo profundo, la sensación de estar frente a un espejo. Conservo un video del desprendimiento del glaciar, el desmoronamiento, la fuerza y el eco de la caída. Durante mucho tiempo recordé ese momento: la imagen del derrumbe. Me pareció un momento sagrado. Mucho tiempo después escribí un poema sobre eso.

GLACIAR
Guardo el eco
de su caída
adentro.
Necesito conocer
la distancia
que me separa de mí.
Saber si lo que perdí
lo encuentro en el hielo
o en el agua1.

¿Tuve que ver eso para escribir? ¿Qué es afuera y qué es adentro? ¿Vivo separada o en comunión con la naturaleza? Como escribe Idea Vilariño en un poema “Entonces soy los pinos/soy la arena caliente/soy una brisa suave/soy la mar golpeando de noche”. Sus versos responden mis preguntas, somos parte del paisaje que contemplamos.

*

Desde el avión vi un paisaje blanco, las montañas y la vegetación cubiertas por un manto de nieve. Desde arriba parecía una tela aterciopelada y suave.

Viajé para vaciarme, para hacer espacio y empezar de nuevo. Escuché el sonido del viento y sentí cómo entraba en mi cuerpo el aire puro y claro. En el viaje escribí un poema sobre la nieve, la transparencia y el hielo.

NIEVE
Las estalactitas 
como lanzas
en los días de invierno
camino debajo de lo que puede herir.
Se trata de hacer silencio
y andar despacio.
Evitar que el filo
del hielo
atraviese2.

*

Leí Antártida negra de Adriana Lestido buscando señales. Un libro sobre la experiencia de la autora durante un viaje al Círculo Polar Ártico. Un viaje geográfico y espiritual sobre la intemperie y el interior.
Escrito en forma de diario el libro narra un viaje hacia lo abismal, hacia el corazón de la pureza, en una de sus entradas dice: “Nueva etapa de verdad. Que espero sea mi renacimiento. Ir al corazón de la pureza. Estoy contenta. Tengo la sensación de estar en el umbral de algo hermoso.” Antártida negra puede leerse como un camino íntimo y profundo, un regreso al origen. 

*

Volví al glaciar en una meditación. Cuando la persona que guía menciona que aparecen árboles visualizo pinos y araucarias, árboles típicos del sur. Predomina lo blanco, frágil y brillante. Ahí estoy yo. Ese es el lugar donde parece que quiero estar o volver.

*

Encontré en mi cuaderno un texto de Yoko Ono traducido por Ezequiel Zaidenwerg. Lo tomo como una señal y continúo escribiendo este texto que había dejado suspendido:

PIEZA CON NIEVE
Pensá que está nevando.
Pensá que está nevando en todas partes todo el tiempo.
Cuando te pongas a charlar con alguien, pensá que cae nieve
entre las dos y sobre esa persona.
Interrumpí la charla cuando pienses
que a esa persona la tapó la nieve.

*

Fui al estreno del documental Errante, la vuelta al hogar de Adriana Lestido. Me emocioné al ver las imágenes. Reconocí ese camino transitado. En el documental hay imágenes de nubes, cielos estrellados, auroras boreales. Todo sucede en un espacio inhóspito donde aparecen pájaros, zorros y caballos que se acercan a la cámara. Hay una aparente quietud, todo se mueve de manera lenta y suave; la lluvia, el hielo que se derrite, las olas del mar que tocan la arena al llegar a la orilla. El documental es una invitación al detenimiento y a la contemplación. La meditación y el silencio dan lugar a las revelaciones. 

*

Anoche soñé que me acercaba a un glaciar y tomaba una pieza de hielo. En el sueño lo guardo en el bolsillo de la campera. No se derrite. Adentro del bolsillo es un secreto. Un amuleto, un talismán que me recuerda lo esencial: conservar la transparencia.



1 y 2. Sanchez, M. B. (2022). Una temporada adentro. Hexágono Editoras.




María Belén Sanchez (Argentina, 1984) Escritora, poeta, fotógrafa y docente. Publicó Costuras (Modesto Rimba, 2018), Una temporada adentro (Hexágono, 2022) y participó en las antologías Otras nosotras mismas. Homenaje a Olga Orozco (Agua viva, 2020) y Martes verde Edición Federal (Poetas por el Derecho al Aborto Legal, 2020). Hace diez años coordina talleres de escritura y brinda acompañamientos creativos a artistas y a proyectos independientes.

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