PUEBLA:
UN LUGAR EN EL 
FONDO DEL CRATER


por
Agustina Manuele



© Macu Gnazo / © Delfina Carmona


Abro Google. Escribo “Puebla marejada” y lo encuentro rápidamente. Mientras escucho sus voces que levemente son otras, identifico en la foto de perfil a Manu, Majo y Jose (La Rubia): las tres tienen los ojos cerrados. Según Souncloud, pasaron diez años de la publicación de este tema.

Como todo lo bueno, no tienen muy en claro cuándo nace Puebla. Durante la entrevista, las tres se escuchan y complementan en sus respuestas. Son tan armónicas que parecen una. 

En la mitología griega, Cerbero era el perro del dios Hades, un monstruo de tres cabezas que custodiaba la puerta del inframundo asegurando que los muertos no salieran y los vivos no pudieran entrar. Tenía dos puntos débiles: la miel y la música. Y, si bien en la mitología Cerbero tiene un aspecto tenebroso y desagradable muy opuesto a la estética de Puebla, hay algo de este guardián de otros mundos que me hace pensar en este trío de mujeres que hacen música, que experimentan con la voz y generan que, en cualquier espacio en el que están cantando, el silencio de su entorno sea total. Ellas también custodian algo. 

Se conocieron estudiando canto en La Plata, “En unas clases atípicas donde la profesora creía (por suerte) que escuchando el proceso y las voces de las demás, podías reconocerte en ese proceso y escuchar a la vez tu propia voz”.  

Se juntaron ahí, en la espera. Aseguran que se vieron, que había algo poderoso. Las clases se volvían eternas, entonces decidieron empezar a compartirse. “Cuando la profesora dejó de dar clases, nos propuso hacer algo para no perder el contacto. Empezamos como un experimento de canto y percusión, de exploración, de disociar la voz del instrumento”.

Tenían ganas. Ganas de algo más. En unas vacaciones de invierno decidieron juntarse sin guía a crear. Era 2014. Federico Falcón las invita a tocar en La Plata: “Nosotras teníamos 4 temas nada más. Él nos dijo, aunque tengan solo esos, vengan. ‘Marejada’ es la que sobrevivió en el tiempo. Telonearlo nos selló como banda. Hay algo que pasa en vivo que le da una formalidad al proyecto. Tocar frente a otros ojos nos invitó a hacernos cargo. Esa misma noche Nat Soulé nos escuchó y nos convocó a su espacio. Fue ahí la cosa”.

Puebla lleva editados tres LP y dos EP. Durante sus primeros años, se mantuvieron en un formato de trío con invitadas e invitados hasta que en 2023, con “‘La Sed” se termina de conformar el sexteto. 

“Somos el núcleo dudo”, bromean, y se ríen. Es que a la hora de crear, aseguran que hacia adentro el borde es infinito: “Tenemos una esencia democrática muy fuerte -innecesaria a veces-. Hacemos que toda la banda participe y se genera una maraña de opiniones, entonces no te podés decidir por nada. Hacia el afuera, en cambio, no dejamos que se filtren demasiado los procesos de composición. Son momentos de creación muy privados. Ahí se termina la duda. Le damos espacio pero como todo proceso creativo sabemos que tenemos que poner un límite. Y más ahora que las posibilidades de sumar capas son infinitas. Igual, hay algo en Puebla —quizás sea por el tiempo compartido y por algo que pasa en nuestra amistad— que hay un piso de acuerdo común que no se discute mucho. Hay algunas cosas que ya sabemos cómo son. Seguramente sea que te vas mimetizando con tus amigas: vamos por el mismo canal, hay un camino bastante claro”.

Puebla está conformada por: Manuela Belinche Montequín (voz, acordeón y sintetizador), María José Tolosa (voz, placas y percusión), Josefina Hernalz Boland (voz y guitarra acústica), Lautaro Zugbi (guitarra eléctrica y voces), Mauro Lopez Sein (bajo) y Francisco Ané (batería). 

Con Loli Vergani, el corazón del grupo, y Mauro Cambarieri, productor musical, se terminó de “ampliar el universo sonoro”. Es que desde “La Sed” en adelante empezaron a trabajar con Mau, “una oreja nueva que sí tiene una conducción más clara y que nos aporta otra impronta con mucha propuesta que está buenísimo. Todo lleva mucho más tiempo de lo que se cree. Hacer un disco requiere de mucha paciencia y más en lo colectivo. Es mucho laburo. Y después llega el cómo mostrarlo. El material sigue estando vivo después entonces lo tenés que alimentar.”

Reconocen que lo que más les cuesta es venderse y definir cómo quieren que la banda se vea hacia afuera: “no nos sale mostrarnos ni siquiera cuando estamos todos juntos, que es bastante seguido. Hay otros proyectos que tienen su comunicación en redes muy incorporadas y son frescos, para nosotras es un trabajo, hay una exigencia y un control de lo estético y lo que queremos mostrar, no nos sale natural porque tampoco somos así en lo individual. La llegada de las redes fue inminente, abrupta y muy exponencial: daba una sensación de que teníamos que estar ahí porque sino no estabas. Así y todo, nos gusta preguntarnos para qué hacemos lo que hacemos en redes. Siempre estando más cerca del deseo, sabiendo que las energías no son infinitas. No podemos abarcarlo todo. En el último tiempo, tocando en diversos ciclos y viajando por diferentes países y regiones, entendimos que hay algo de lo real que le sigue ganando al plano de las redes. Nos une la música, no el Instagram”. 

En 2023, Puebla fue seleccionada para participar en los ciclos internacionales Nómade y Sofar Sounds y a partir de esas convocatorias hicieron una gira en España y Portugal con conciertos en Barcelona, Madrid, Valencia, Granada, Lagos y Lisboa. En la intimidad, y también en el escenario, demuestran una constante complicidad. Se divierten, prueban, se animan. Juegan con la plasticidad y estar desenchufadas. Últimamente cuando viajan a CABA vuelven a un formato reducido de trío. Protegen sonoramente a quienes son parte de sus conciertos, mientras dejan algo grabado en lo profundo. Puebla es un volcán, el espacio que nace del centro de la tierra para movernos algo. 

Este año estrenan dos canciones que consideran abren otra etapa. Sus nuevos temas suenan distinto. Quizás este sea el motivo por el cual decidieron borrar todo su pasado virtual para el lanzamiento. Una forma de abrir y animarse a tocar con diferentes artistas, sabiendo que las fórmulas (ni siquiera la de Las Chicas Superpoderosas) son tan simples. “Lo hacemos por amor, con el deseo adelante.”

El atajo no existe. Al final de la charla, Majo reflexiona en voz alta: “muchos aún hoy nos dicen que ‘lo bueno es que ustedes son amigas’ y al final tienen razón. Cualquier proyecto de más de dos personas que dure más de 10 años para mí es un éxito. No importan los premios, las reproducciones, los views, no importan los likes. Hacemos algo que nos gusta, que a veces nos sale mejor, nos sale peor, pero aguantarse entre nosotras cada una con nuestras cosas todo el tiempo es un montón. Nos gusta ser parte de este grupo que te hace querer estar donde estás. Es algo re de disfrute. Es un plan. Puebla es un lugar, una familia”.








Agustina Manuele es guionista y trabaja como comunicadora digital desde hace más de diez años. Fanática de filmar lo que la rodea y escribir relatos cortos, vive en un fino equilibrio entre la ficción y la realidad. En 2023 autopublicó A veces río y lloro todo junto, un poemario con fotografías de calle. Es co-creadora de recreo®. Ama investigar sobre asuntos random en internet, leer, bordar y ver series y películas. Aunque lo que más le gusta es charlar sobre temas que la desvelan. Militante y defensora de Google Drive.



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Directora

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Directora Editorial y Creativa
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