[DESVÍOS] Protocolos poéticos y otras derivaciones textuales
por Gerardo Ferreira Rodríguez
Como nunca antes, hoy somos conscientes de los patrones en la escritura y el habla. La democratización de los algoritmos de inteligencia artificial ha puesto al alcance herramientas que facilitan el uso del lenguaje a través de protocolos y fórmulas comunes. Sin embargo, la escritura basada en patrones no es nueva ni exclusiva de los algoritmos. En [Desvíos], Gerardo Ferreira Rodríguez explora de forma poética y didáctica los protocolos del lenguaje. Usando Instagram como espacio colectivo, introduce consignas de escritura interactiva que invitan al público a participar. Tejiendo las respuestas, Ferreira nos guía por los rincones pre-algorítmicos de la lengua estructural. Muletillas, horóscopos y títulos son algunas de las fórmulas que utiliza para deconstruir y reconstruir el discurso, mientras expone las idiosincrasias locales del lenguaje. Liliana Farber
¿EXISTE REALMENTE
LA ESCRITURA PRIVADA?
por Sofía Guardiola
Empecé hace poco a leer los diarios completos de Sylvia Plath. Todavía voy por el principio, por los que la autora escribió con dieciocho años. Los textos son agudos, sentimentales, brillantes en ocasiones, intensos y contundentes. Algunos son también profundamente sinceros, pero sin embargo percibo en la mayoría de ellos una afectación exagerada: la de la autora en ciernes que quiere que algún día lean sus diarios privados. Quizá incluso la de la joven que está segura de que eso ocurrirá y no puede disimular esa certeza. Plath se preocupa, en todos estos textos, de parecer inteligente, distinta a las demás. Interesante y especial. Única, en definitiva.
Por supuesto, reconozco en su forma de escribir diarios la mía: nunca he sido capaz de creerme del todo que lo que escribo en ellos vaya a ser solo para mí. Para lo bueno y para lo malo los empiezo siempre pensando en una audiencia, futura e imprecisa, que me leerá algún día. Eso hace que quizá no haya en mis diarios tanta verdad como se espera de un texto así, pero al mismo tiempo serían, seguramente, mucho más aburridos y prosaicos si no los confeccionara pensando en un hipotético lector.
Sé que hay en todo esto un componente de ego, y también de proyección: es evidente que me gustaría ser algún día una de esas escritoras tan buenas que vale la pena leer hasta sus diarios.
Por supuesto, reconozco en su forma de escribir diarios la mía: nunca he sido capaz de creerme del todo que lo que escribo en ellos vaya a ser solo para mí. Para lo bueno y para lo malo los empiezo siempre pensando en una audiencia, futura e imprecisa, que me leerá algún día. Eso hace que quizá no haya en mis diarios tanta verdad como se espera de un texto así, pero al mismo tiempo serían, seguramente, mucho más aburridos y prosaicos si no los confeccionara pensando en un hipotético lector.
Sé que hay en todo esto un componente de ego, y también de proyección: es evidente que me gustaría ser algún día una de esas escritoras tan buenas que vale la pena leer hasta sus diarios.
LA ESCRITURA ES UN CAMINO DE CIEGOS HACIA UN LUGAR QUE NO EXISTE
por Florencia Del Gesso
Me llamo a la búsqueda de la palabra, insisto, le pido que me pertenezca, le ruego.
¿Pero qué puedo decir yo sobre el mundo? ¿Qué puedo hacer yo mientras enciendo un cigarrillo y cae la tarde y sólo quiero escuchar el pájaro, ver volar el pájaro, buscando el reparo donde pasar la noche?
Sin embargo, la palabra me preocupa mucho. La palabra que no escribo me preocupa mucho. Quiero aprender a escribir la palabra que no escribo. Como la carne del propio cuerpo: una vez te interesas por él, te preocupas por aprenderlo.