MATATE, AMOR:
COMO GANARLE AL TIKTOK BRAIN
por Aldana Dall Oro
© Andrew Wyeth, ‘Christina’s World’, 1948
Hay quienes dicen que dejar un libro a la mitad —por el motivo que sea— está bien. Mi postura es que cada quien haga lo que le parezca. Sin embargo, recientemente me han llamado tiktok brain y eso me hizo reflexionar sobre mis prácticas.
Leí Matate, amor de Ariana Harwicz, publicada por primera vez en 2012. El libro tiene una adaptación para teatro con Marilú Marini en la dirección y Érica Rivas en la actuación, y se espera que el año que viene llegue al cine bajo la dirección de Martin Scorsese.
Abrí el libro sin tener ninguna referencia previa y me sumergí en la mente de la protagonista: conocemos el mundo que nos presenta a través de sus ojos y al resto de los personajes bajo su juicio. La novela nos propone un relato fragmentado, por momentos confuso. Cuerpo abandonado, lastimado. Madre salvaje.
La narradora nos dice poco de su pasado. Apenas podemos reconstruir fragmentos de su historia a través de algunos recuerdos: hacia el final nos regala un dato de su infancia, en un verano en la playa, una clave para entender su propia potencia, sus elecciones. Una llave de lectura para entender el dolor que la cruza todo el tiempo. Es una mente que no tiene sosiego. Aunque es anónima, sabemos que no vive en su país. Es extranjera con una lengua que la limita y también la violenta. En sus críticas sociales se puede intuir el reflejo de un gusto por la lectura y el arte que está siendo aplastado por la cotidianeidad. Ella no es de ahí, pero ¿sabrá a donde pertenece?
La soledad y la opresión de los roles asignados por la sociedad hacen de la locura un refugio anclado en la naturaleza. El relato se vuelve cada vez más encriptado en sus escapadas al bosque, luego de parir. La locura es mostrada como una vuelta a lo salvaje. Allí donde se escapa, orientada sólo por su deseo sexual, en ese bosque donde se puede ver en los ojos del ciervo, es donde se encuentra con ella misma: la asesina de bichos, la amante, la madre, la mujer.
«Quiero ir al baño desde que terminó el almuerzo, pero es imposible hacer otra cosa que ser madre. Y dale con el llanto, llora, llora, llora, me va a trastornar. Soy madre, listo. Me arrepiento, pero ni siquiera lo puedo decir.»
La novela es un relato vigente para reflexionar sobre salud mental, maternidad, roles de género. Pero además es una literatura que construye un mundo extraño con un lenguaje poético y por momentos intenso en su oscuridad. Matate, amor nos deja ver un poco de los deseos más profundos que nos constituyen como seres humanos.
Leí Matate, amor de Ariana Harwicz, publicada por primera vez en 2012. El libro tiene una adaptación para teatro con Marilú Marini en la dirección y Érica Rivas en la actuación, y se espera que el año que viene llegue al cine bajo la dirección de Martin Scorsese.
Abrí el libro sin tener ninguna referencia previa y me sumergí en la mente de la protagonista: conocemos el mundo que nos presenta a través de sus ojos y al resto de los personajes bajo su juicio. La novela nos propone un relato fragmentado, por momentos confuso. Cuerpo abandonado, lastimado. Madre salvaje.
La narradora nos dice poco de su pasado. Apenas podemos reconstruir fragmentos de su historia a través de algunos recuerdos: hacia el final nos regala un dato de su infancia, en un verano en la playa, una clave para entender su propia potencia, sus elecciones. Una llave de lectura para entender el dolor que la cruza todo el tiempo. Es una mente que no tiene sosiego. Aunque es anónima, sabemos que no vive en su país. Es extranjera con una lengua que la limita y también la violenta. En sus críticas sociales se puede intuir el reflejo de un gusto por la lectura y el arte que está siendo aplastado por la cotidianeidad. Ella no es de ahí, pero ¿sabrá a donde pertenece?
La soledad y la opresión de los roles asignados por la sociedad hacen de la locura un refugio anclado en la naturaleza. El relato se vuelve cada vez más encriptado en sus escapadas al bosque, luego de parir. La locura es mostrada como una vuelta a lo salvaje. Allí donde se escapa, orientada sólo por su deseo sexual, en ese bosque donde se puede ver en los ojos del ciervo, es donde se encuentra con ella misma: la asesina de bichos, la amante, la madre, la mujer.
«Quiero ir al baño desde que terminó el almuerzo, pero es imposible hacer otra cosa que ser madre. Y dale con el llanto, llora, llora, llora, me va a trastornar. Soy madre, listo. Me arrepiento, pero ni siquiera lo puedo decir.»
La novela es un relato vigente para reflexionar sobre salud mental, maternidad, roles de género. Pero además es una literatura que construye un mundo extraño con un lenguaje poético y por momentos intenso en su oscuridad. Matate, amor nos deja ver un poco de los deseos más profundos que nos constituyen como seres humanos.
Aldana Dall Oro es Licenciada en Comunicación Audiovisual y estudiante de la carrera de Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes. Da clases de escritura y comunicación en ETER. Tiene un canal de youtube donde reflexiona y habla sobre todo lo que nos hace millennials. Escribe poesía y relatos cortos. Sueña con ganar un oscar, aunque sea uno chiquito.
Agustina Manuele
Co-fundadora
Directora
Flor Vent
Co-fundadora
Directora Editorial y Creativa
@quierounrecreo
quierounrecreo@gmail.com
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